“AQUÍ OS QUEDÁIS, PRINGAOS”, DIJO MIENTRAS VEÍA EL COCHE ALEJARSE

Sintiendo cierta pena al ver cómo se alejaba el coche con todos sus familiares dentro, Chispas, un perro labrador de tres años que se encuentra en una gasolinera, está completamente convencido de que ha sido él quien ha abandonado a los suyos y no al revés. «No puedo decir que esté orgulloso, pero será mejor así», piensa el animal.

Cuando le abrieron la puerta del maletero, el perro saltó enseguida y se alejó corriendo, y cuando se prepararon para marcharse, el animal ni se acercó al coche porque había encontrado un palo muy apetitoso. Ahora, Chispas medita sobre si ese palo vale más que su familia, si estará mejor con él que con ellos. «Puedo estar fuera todo el día, sin correa, comiendo y haciendo lo que me dé la gana», reflexiona en las inmediaciones de la estación de servicio.

Aunque, cuando abandonó a su familia, estaba completamente decidido, e incluso dijo para sus adentros «aquí os quedáis, pringaos», lo cierto es que, a medida que pasan los minutos, el perro empieza a tener dudas. «Ir al parque con el viejo estaba muy bien», reconoce. «Las caricias en la barriga que me hacía la chica joven eran muy agradables», continúa. «Y dormir a los pies de la señora mientras ella veía la tele era maravilloso», ha añadido con nostalgia.

Dos horas después de abandonar a su familia, Chispas se ha arrepentido completamente y ha empezado a buscar el camino de vuelta a casa, pero, como abandonó a su gente en una gasolinera lejana, es incapaz de encontrar ningún rastro que le guíe a su hogar. «Espero que algún día puedan perdonarme y vengan a buscarme», ha pensado el perro mientras buscaba un lugar en el arcén donde pasar la noche.

By Luca

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